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Oh María, Virgen del Carmen, estrella del mar, ruega por nosotros, para que siguiéndote en la oración lleguemos a Cristo el Señor. Amén.
Muy queridos hermanos en la fecha 16 de Julio se celebra la devoción de la Virgen del Carmen, una devoción que es muy antigua, viene del siglo XII, pero una devoción muy nueva. Papa Francisco ha declarado a la Virgen del Carmen la patrona de la Pastoral del Mar, del trabajo del mar, con los pescadores, con los estibadores, con los cargueros, con los marineros, hasta con los turistas.
El mar es hoy una realidad contaminada, es muy triste que sea vehículo del narcotráfico, la lanchas que traen coca, en fin. El mar siempre ha sido signo de vida, pero el mar es en la Biblia señal de un mundo inestable. Por eso cuando los antiguos marineros querían llegar a puerto (no había GPS), ellos levantaban los ojos a las estrellas y siguiendo las estrellas llegaban al puerto.
Cristo es tu puerto y mi puerto seguro. Llegando a ese puerto tendremos vida pero levantemos los ojos a María, la Virgen del Carmen. Ésta devoción que como dice el antiguo proverbio: a Cristo por María. María no es Dios, es una indicación valiosa. Esto no lo entiende el mundo de los hermanos separados, nos acusan de que a María la ponemos como mediadora, solo Cristo es el Salvador, pero ella como los santos, nos llevan a Cristo.
Ojalá que sus párrocos, queridos hermanos, les concedan y les provean los escapularios. Es una pequeñísima medalla o un pequeñísimo objeto que tiene una promesa: al que lo lleve cuando tenga muerte, yo le voy a acudir a salvar, a acompañar, dice la Virgen del Carmen. En un mundo que se ha vuelto un mar proceloso, un mar agitado, volvamos los ojos a María.
En el Antiguo Testamento se cuenta de una gran sequía tremenda y dice que en esa sequía, Elías ve una nube. Una nube que está cargada porque ya va a llover (cf 1 Reyes 18, 41-46). Es María que tiene la divina carga de la lluvia de la gracia que es Jesucristo el Señor. ¡Acudamos a ella!
Ha sido declarada en nuestra diócesis copatrona del Puerto San José y también del Puerto Iztapa. A donde haya gente en el mar, ella nos ayude a evitar su sufrimiento la pérdida de sus vidas y a cada uno de nosotros, navegantes por la vida, que viendo a María lleguemos a Cristo.
¡Oh Virgen del Carmen ruega por nosotros!
Amén.