Santa Misa Crismal

Misa Crismal
Tu Palabra me da Vida
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Santa Misa Crismal
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Después de dos años que no se pudo realizar en condiciones normales, por causa de la pandemia del Coronavirus Covid-19, nuevamente la Misa Crismal se ha realizado con la totalidad del clero de Escuintla presente junto al pueblo de Dios, algo que no se veía desde el 2019. Sin embargo, se siguieron observando las medidas sanitarias ampliamente conocidas y divulgadas, además de un aforo limitado.





¿Qué es la Misa Crismal?

1- Se celebra por la mañana del Jueves Santo en la Iglesia Catedral de cada diócesis. En esta ocasión, se utilizó el templo de la parroquia Nuestra Señora de Guadalupe, aprovechando la amplitud y ventilación de la instalación, la cual permite observar de mejor forma el distanciamiento.

2- La misa la preside el obispo, en unión con su presbiterio y el pueblo de Dios.

3- En esta misa, los sacerdotes renuevan las promesas hechas el día de su ordenación.

4- Y muestran su profunda unión con el obispo, como cabeza y pastor de la iglesia.

5- También se consagran los santos óleos, que se usan para impartir los sacramentos en las parroquias.

Que tus acciones no desmientan tus palabras, para que no suceda que, cuando prediques en la iglesia, alguien en su interior comente: «¿por qué entonces, tu no actúas así?». (San Jerónimo).





Renovación de las promesas sacerdotales

Obispo:
Hijos amadisimos. En esta conmemoración anual del día en que Cristo confirió su sacerdocio a los apóstoles y a nosotros, ¿quieren renovar las promesas que hicieron un día ante su obispo y ante el pueblo santo de Dios?

Presbíteros:
Sí quiero.

Obispo:
¿Quieren unirse más fuertemente a Cristo y configurarse con Él, renunciando a ustedes mismos y reafirmando la promesa de cumplir los sagrados deberes que, por amor a Cristo, aceptaron gozosos el día de su ordenación para el servicio de la Iglesia?

Presbíteros:
Sí quiero.

Obispo:
¿Desean permanecer como fieles dispensadores de los misterios de Dios en la celebración eucarística y en las demás acciones litúrgicas y desempeñar fielmente el ministerio de la predicación como seguidores de Cristo, cabeza y pastor, sin pretender los bienes temporales, sino movidos únicamente por el celo de las almas?

Presbíteros:
Sí quiero.





Dirigiéndose al pueblo, el obispo dice:
Y ahora ustedes, hijos muy queridos, oren por sus presbíteros, para que el Señor derrame abundantemente sobre ellos sus bendiciones, que sean ministros fieles de Cristo Sumo Sacerdote, y los conduzcan a Él, única fuente de salvación.

Pueblo:
Cristo óyenos. Cristo escúchanos.

Obispo:
Y recen también por mi, para que sea fiel al ministerio apostólico confiado a mi humilde persona y sea imagen, cada vez más viva y perfecta, de Cristo sacerdote, buen pastor, maestro y siervo de todos.

Pueblo:
Cristo óyenos. Cristo escúchanos.

Obispo:
El Señor nos guarde en su caridad y nos conduzca a todos, pastores y grey, a la vida eterna.

Todos:
Amén.