Congreso Eucarístico Internacional: La presencia eucarística en un mundo en pandemia

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Conociendo Nuestra Fe
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Congreso Eucarístico Internacional: La presencia eucarística en un mundo en pandemia
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“La presencia eucarística en un mundo en pandemia”

Introducción

Preparémonos al Congreso Eucarístico Internacional 2021 meditando lo que significa celebrarlo en medio de un mundo en Pandemia.

Oración

Oh Dios de todo consuelo, te pedimos por todas las personas que ha sido afectada en esta Pandemia. Las cargas físicas, mentales, espirituales, emocionales y financieras son agobiantes.

Y sabemos que no somos afectados con igualdad o justicia.

Te rogamos especialmente por quienes están arriesgando sus vidas por la protección y el sustento de otros. Señor hay tantas voces que con frecuencia son ignoradas.

Te pedimos por aquellos que el mundo intenta ignorar. Que sepan que son oídos, que son sostenidos, que son amados por Ti.

En un mundo lleno de mentiras, conozcan tu verdad. En un mundo lleno de violencia, conozcan tu protección. En un mundo lleno de pobreza, conozcan tu abundancia.

Por intercesión de María sana a tu pueblo. Amén.

Observemos la vida

a) ¿Usted cómo se siente ante la Pandemia? ¿Cómo ha vivido este tiempo?

En el contexto de la pandemia, vemos a muchas personas arriesgando su vida para salvar a los más vulnerables:

Médicos, enfermeras, choferes, personal de sanitización, familias que se han comprometido con el hermano más necesitado.

¿Usted ha pasado por esto?

b) Dios también está presente para dar vida en este horizonte de muerte: la vida que viene del Sacramento de su Cuerpo y su Sangre.

Es un alimento espiritual, que llena toda la vida humana y puede lograr también la salud integral pues es un contacto con la persona de Jesucristo, más profundo que aquel que tuvo la mujer enferma que “con solo tocar su manto quedo curada”

c) Estamos invitados a cuidar nuestra salud, nuestra vida en medio de esta pandemia, pero también a “no descuidar la vida espiritual” que se acrecienta en la Sagrada Comunión.

Tomar el Cuerpo y Sangre de Cristo son condición para tener vida después de la muerte como lo afirma el mismo Señor: “Sus padres comieron el maná en el desierto.

Este es el pan bajado del cielo, para que quien lo coma no muera”.

Y también dice: “Si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre, no tendrán vida en ustedes”.

d) El alimentarnos de la Eucaristía, el buscarla y de no dejarla en este tiempo de pandemia, nos hace sentir la presencia del Señor junto a nosotros, según su promesa:

“Yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo”

e) Jesús en su vida “pasó haciendo el bien” curando, sanando, resucitando, dando vida y dándole valor a nuestra vida.

Dió de comer a más de 5,000 hombres, sin contar mujeres y niños”. Ante esta Pandemia y ante cualquier enfermedad, Jesús vivo, presente en la Eucaristía sigue fortaleciendo nuestra debilidad humana.

Ya no reparte pan y pescados, ya no da de comer a una multitud, “El mismo se hace pan, se parte y comparte para que el mundo tenga vida”

f) Y nos lleva a auxiliar en todo lo posible a los afectados por las muertes, enfermedad y pobreza por desempleo que provienen de la pandemia, como decía San Juan Pablo II:

“La comunión con el pan de vida nos lleva a recordar a otros a quienes falta el pan cotidiano”

g) El Papa Francisco recordó el 6 de Junio: “Jesús se hace frágil como el pan que se rompe y se desmigaja. Pero precisamente ahí radica su fuerza.

En la Eucaristía la fragilidad es fuerza: fuerza del amor que se hace pequeño para ser acogido y no temido;

Fuerza del amor que se parte y se divide para alimentar y dar vida; fuerza del amor que se fragmenta para reunirnos en la unidad”.

Compromiso

En medio de la pandemia, no dejar de frecuentar la Eucaristía que nos sana, y por medio de ella llevar con caridad a nuestros hermanos todo el bien que podamos hacerles en medio de su dolor y carencias.

Oración

Oh Dios, que en este Sacramento tan admirable, nos dejaste el memorial de tu Pasión, te pedimos venerara de tal modo los misterios de tu cuerpo y de tu sangre, que experimentemos constantemente en nosotros el fruto de la Redención. Tú que vives y reinas con el Padre y el Espíritu, y eres Dios por los siglos de los siglos Amén.

Oración Conferencia Episcopal

Padre nuestro, fuente de la vida.

Envíanos tu Espíritu para poder reconocer y amar siempre más a Cristo, que se sacrifica por nosotros y está presente en la Eucaristía.

Él es nuestro Señor y maestro, nuestro amigo y alimento, nuestro médico y nuestra paz.

Haznos valientes para llevar su fuerza y su alegría a todos los hombres.

Haz que este tiempo de preparación y la celebración del Congreso Eucarístico renueve espiritualmente a toda la comunidad de creyentes, a nuestras ciudades, a nuestro pueblo, a Guatemala y al mundo.

Amén.