Las visitas misioneras de Monseñor Víctor Hugo Palma, Obispo de Escuintla, para el año 2019 llegan a su fin, cerrando con la visita a la Parroquia San Vicente Diácono y Mártir, que se encuentra en la parte más alta de la Diócesis, en el municipio San Vicente Pacaya. Esta parroquia está a cargo del Padre Ruperto Marroquín, quien es el decano del clero de Escuintla, primado entre los sacerdotes escuintlecos y Vicario de la Diócesis
Con el frío propio de la región, muy ajeno al resto de las parroquias escuintlecas, desde un día antes, el grupo de laicos colaboradores de la parroquia, organizó el lugar en donde se realizaría la Santa Misa y el desfile previo al encuentro con el Obispo.
Desde las afueras de la cabecera municipal, inicia el desfile con carrozas y carretones que llevados por agentes de pastoral y fieles vicentinos, llevaron en procesión, algunas imágenes relacionadas con la Misión, recorriendo las principales calles de la población. Al frente y abriendo el recorrido, Monseñor Víctor Hugo y el Padre Ruperto, saludaron a los fieles y población en general, que se acercaban a acompañar a los pastores de la Iglesia Católica en San Vicente Pacaya.
La visita episcopal a la Parroquia San Vicente Diácono y Mártir, se hizo fuera de la fecha programada inicialmente, puesto que coincidió con la segunda vuelta de las elecciones generales en Guatemala. De tal suerte, se programó para el vigésimo octavo domingo del tiempo ordinario.
En la homilía de Monseñor Víctor Hugo, nos recordó la importancia del agradecimiento a Dios y a la vez nos urgió a seguir rezando, de forma permanente e incansable. La Santa Misa es ante todo una «acción de gracias» y he ahí la importancia de asistir siempre, de ir al encuentro con el Señor.
En la primera lectura, tomada del segundo Libro de Reyes, un hombre tiene una enfermedad incurable y se salva con algo sencillo: el agua. Esta agua que es símbolo del bautismo, nos salva de la muerte. Nahamán hace un altar dando testimonio del agradecimiento por su curación.
El salmo 97, proclama como el Señor ha mostrado su amor y lealtad, que a pesar de nuestras infidelidades, Dios siempre es fiel a su palabra. En la segunda lectura, vemos como Pablo que se hace llamar «prisionero por Cristo», le dice a Timoteo, que no dude de que el Señor es siempre fiel y que llegará su acción en el momento adecuado.
En el Evangelio, vemos cómo de los diez leprosos que habían sido curados por la misericordia de Dios, que en Cristo escucha y actúa, sólo es uno, el samaritano, el que regresa a agradecer. Dios no pide pagos o reconocimientos para sí, más bien quiere que todos vengan a recibir la vida en abundancia.
Al finalizar, nuestro Obispo, nos anima a seguir en el camino misionero, especialmente en este mes extraordinario de la Misión, que el Papa Francisco ha llamado «Bautizados y Enviados», la Misión es permanente y constante.
La homilía de Monseñor Víctor Hugo Palma, Obispo de la Diócesis de Escuintla y la proclamación del Evangelio por el Padre Ruperto Marroquín, párroco de San Vicente Diácono y Mártir, San Vicente Pacaya, se pueden escuchar y descargar en el reproductor de audio en la parte superior.
Al concluir la Santa Misa, Monseñor Víctor Hugo Palma, se reunió con el Consejo Parroquial y agentes de pastoral, para compartir el almuerzo y una catequesis, animando y exhortando a seguir misionando. Al igual que en otras visitas, el Obispo escuchó atentamente las experiencias vividas durante la semana misionera y el retiro previo, en el que participaron los agentes de pastoral vicentinos.
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Las fotografías que se tomaron en la Visita Pastoral a la Parroquia San Vicente Diácono y Mártir, San Vicente Pacaya, se pueden descargar a continuación:
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