Bautizados y enviados

Bautizados y Enviados
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Bautizados y enviados
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Bautizados y enviados.

Es así hermanos, cómo se titula la Misión extraordinaria del mes de octubre de 2019, que nos ha regalado el Papa Francisco, pidiéndonos que durante este mes, verdaderamente impulsemos, vivamos la Misión. Todo bautizado, ya por serlo, por haber recibido de luz de la fe, es un enviado del Señor.

Los obispos de Guatemala, hemos escrito este mensaje ya hace algunas semanas, para preparar todo este hermoso camino misionero, en comunión con las Obras Misionales Pontificias. Queremos recordar que se cumple el 30 de noviembre de 2019, el centenario de una famosa carta del Papa Benedicto XV, que se llama Maximum Illud, aquel deber urgente de la Misión.

La Iglesia siempre ha vivido la Misión, porque Cristo es el primer misionero, no es que la Iglesia tenga una Misión, sino que la Misión tiene una Iglesia, para perpetuar la obra de Jesucristo, el enviado del Señor.

Los obispos de Guatemala tomamos conciencia entonces, de que somos precisamente sucesores de los apóstoles. Apóstol quiere decir enviado, e invitamos a todos a vivir este mes extraordinario de la Misión, teniendo en cuenta pues, tres puntos fundamentales.

  1. Ante todo el vivir nuestra propia fe. La fe es algo que se transmite más allá de las palabras, San Francisco de Asís decía a sus frailes, vayan prediquen el Evangelio y si es necesario hablen. Hoy hay muchos misioneros en el mundo, hay proselitismo hay cantidades de personas que van por las calles y decimos, bueno para qué más Misión. La Misión católica es una forma de vida que se comunica, no es una idea que se predica, es una persona que se presenta. Y naturalmente por el bautismo estamos unidos a Jesucristo y es a él a quien llevamos, más allá de las palabras con una vida nueva, esta es la primera gran verdad que como obispos, nosotros tratamos de vivir y proponemos a todos, para esto es necesaria la conversión pastoral, quizá tenemos una Iglesia encerrada, diríamos un poquito en una forma de ser social, la Iglesia está más allá de una institución es un misterio que se vive, una persona que llega a todos los demás.
  2. En segundo lugar, somos una Iglesia en Misión permanente. Antiguamente la misión era un momento de la Diócesis o de la Parroquia, pero hoy día, la Misión está por todo el tiempo. El Papa Francisco, en la visita de los obispos a Roma en el 2017, pues me permito decirlo, felicitó a nuestra Iglesia, que mantiene la gran Misión Continental. ¿Pero a dónde se dirige esa Misión?. Se dirige a toda la sociedad, pero especialmente es una Misión de misericordia, que va hacia todos aquellos que sufren por la ausencia de Dios. En nuestro país hay situaciones tremendas, el V Congreso COMGUA, celebrado en Huehuetenango, nos recordó que tenemos que salir a una sociedad que tiene muchos sufrimientos, de pobreza, de desigualdades, de injusticias, de corrupción, a una sociedad confusa, a una sociedad que está marcada por grandes dramas como son los migrantes, hacia allá, con Espíritu de Misericordia, se dirige esta Misión, especialmente en este mes misionero 2019.
  3. Finalmente hermanos, se nos invita en este mensaje de los obispos, a salir con la alegría del evangelio. Porque no ofrecemos algo, sino llevamos a alguien, que ha llenado nuestra vida. Por eso la Misión se hace en un contexto, recordando que nuestra tierra fue evangelizada, no solamente hace muchos siglos, sino por grandes santos. Pensemos en el Hermano Pedro, Santo Hermano Pedro, un verdadero misionero de la caridad, más que hablar ejercitaba la caridad. Nos acompaña también el testimonio alegre, no oscuro sino alegre, de los mártires recientemente beatificados, el padre Francisco Stanley, padre Apla’s, también el padre Tulio Maruzzo el laico Obdulio Arroyo. Hermanos y también se prepara la beatificación de Santiago Miller, un religioso también y otros muchos, que están siempre en la memoria de la Iglesia, han predicado el Evangelio, no amando tanto su vida, que temer a la muerte, porque su alegría era el Señor.

Que las Diócesis en las parroquias, podamos vivir este mes misionero extraordinario, como decíamos, con conciencia de nuestra condición de bautizados, que hemos de ser Iglesia en salida, saliendo siempre, no un momento, sino constantemente, porque el mundo necesita esta Misión y con la alegría del Evangelio que nos inspira Papa Francisco.

Nos acompañe en este mes, María Reina del Rosario, misionera también ella, que llevó en su seno la presencia de Cristo a Isabel. María Virgen del Rosario, intercede para que sea bendecida esta Misión en Guatemala, ¡Aleluya!.