Mensaje pastoral en el mes patrio

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Mensaje pastoral en el mes patrio
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«Escucha, hijo mío, la instrucción de tu padre; no olvides la enseñanza de tu madre» Prov. 1,8

A todos los católicos, hombres y mujeres, a los hermanos cristianos de distintas iglesias, a todos los guatemaltecos de buena voluntad.

Hermanos y amigos en el Señor:

  1. La frase de los proverbios de Salomón que encabeza este mensaje nos recuerda la enseñanza de nuestros padres y el valor de los antepasados. Al mismo tiempo, en el contexto de las celebraciones patrias de la Independencia, nos cuestiona: quiénes somos la patria, dónde estamos, qué celebramos, cómo lo hacemos y por qué debemos construir una Guatemala mejor, una Guatemala de nombre inmortal elevado hasta el cielo como nos dice la letra de nuestro hermoso himno.
  2. En otras palabras, nos remite a la responsabilidad de cada uno de nosotros en lo que hemos heredado y en cómo vivir, delante de Dios, nuestras responsabilidades ciudadanas a fin que la justicia y la paz sean el fundamento de una convivencia en la que dejemos atrás los muchos años de contiendas fratricidas que nos han dejado siembras de odios y herencias tristes que aún nos pesan.
  3. En estos días y con tradiciones que se heredan e innovan, la independencia patria y la independencia de Centroamérica entera, se celebra con desfiles, carreras y antorchas que se expanden por todos los rincones de Guatemala. Si el 15 de Septiembre de 1821 la firma del acta de la Independencia se dio como un evento capitalino, realizado por una élite criolla, hoy la celebración del mes patrio alcanza a toda Guatemala, hasta los últimos rincones de nuestro territorio, celebrándose con particular sentimiento y nostalgia entre tantos guatemaltecos que viven en el exterior.
  4. En ese espíritu de alegría y de celebración no podemos olvidar que, a diferencia del tiempo de la Independencia, ésta ya no es un asunto de criollos capitalinos que se sienten dueños de la patria y solo ellos por ella pueden hablar sino que celebramos algo que nos concierne a todos los guatemaltecos, hijos de esta tierra bella y sufrida.

«Dios vigila las sendas del derecho y guarda el camino de sus fieles» Prov. 2,8

  1. En estos días se viven momentos de tensión y confrontación en el país a partir de dos decisiones tomadas por el Ejecutivo: la no renovación de la permanencia de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala y el impedimento de reingreso al país al comisionado Iván Velásquez. Si muchos ciudadanos defienden estas decisiones como un acto soberano del país, son muchos también los que sostienen que la razón de fondo que los explica es la capitulación ante quienes necesitan que la impunidad vuelva a ser la práctica habitual en Guatemala.
  2. Más allá de las variadas opiniones que estas tensiones generan, queremos reivindicar, en concordancia con el texto sabio de los Proverbios, que es el derecho y su práctica real, no meramente enunciada, la que guarda el sentido de la convivencia y posibilita las rutas para la superación de los males endémicos de corrupción e impunidad a los que Guatemala ha sido arrastrada.
  3. Es imprescindible que la ruta de la confrontación sea plenamente superada con la promoción de un diálogo serio que busque la aplicación del derecho y la práctica de la justicia tal como lo ha manifestado la señora fiscal general.
  4. Expresamos nuestro temor ante la posibilidad que la polarización y confrontación degeneren en hechos de violencia. Pedimos en primer lugar a Dios «que nos libre de todo mal» y a todos los sectores involucrados en estas situaciones conflictivas no recurrir a la violencia y menos aún al derramamiento de sangre. No olvidemos el verso de nuestro himno: «nuestros padres lograron sin choque sangriento colocarte en un trono de amor».

«Que no te abandonen el amor y la lealtad» Prov. 3,3

  1. El sabio consejo de Salomón nos pide a todos cuantos profesamos la fe cristiana no olvidar nunca, en ningún sector de la sociedad, en medio de tan diversas agendas, que Dios espera de quienes en Él creemos, el amor y la lealtad.
  2. Recordamos en este mes patrio que el amor no solo se expresa en declaraciones o sentimientos sino en el esfuerzo constante para que Guatemala, como país y como sociedad, vaya dejando atrás tantos motivos que la mantienen polarizada, tantos conflictos en que la intolerancia parece encerrarse en que la idea de diálogo es rendición y no camino de solución. Tantas veces hemos vivido a lo largo de nuestra historia independiente, casi bicentenaria, la dimensión de que algunos han querido imponer su voluntad hasta hacer que la violencia parezca inevitable. Aprendamos de la historia para no quedar condenados a repetirla.
  3. La lealtad de la cual nos habla la Escritura, significa respeto a la ley. Nadie es superior a la ley, es un principio claro que nos obliga a todos: a la CICIG, al presidente, al Congreso y por supuesto, a los jueces y, al final, a todos los ciudadanos.
  4. Que Nuestra Señora de los Dolores, cuya fiesta celebra la Iglesia el 15 de Septiembre, nos conduzca a amar a Guatemala, a servirla en la verdad y en la justicia y a no buscar ni en el conflicto ni en decisiones arbitrarias la fórmula para resolver problemas que sólo en el cumplimiento de la ley fundamentada en el derecho y la justicia, encontrarán solución.

Guatemala de la Asunción, 12 de septiembre de 2018

+ Monseñor Gonzalo de Villa, S.J.
Obispo Diócesis de Sololá-Chimaltenango
Presidente Conferencia Episcopal de Guatemala

+ Monseñor Rodolfo Valenzuela
Obispo Diócesis de La Verapaz
Vicepresidente Conferencia Episcopal de Guatemala

+ Monseñor Domingo Buezo
Obispo Vicario de Izabal
Secretario Conferencia Episcopal de Guatemala

+ Monseñor Álvaro Ramazzini
Obispo Diócesis de Huehuetenango

+ Monseñor Víctor Hugo Palma
Obispo Diócesis de Escuintla

+ Monseñor Bernabé Sagastume
Obispo Diócesis de Santa Rosa de Lima

+ Monseñor Raúl Martínez
Administrador Apostólico de la
Arquidiócesis de Santiago de Guatemala