Ven Señor, no tardes

Mensaje Pastoral a la Diócesis de Escuintla
con motivo del Adviento y Navidad 2022-2023
“Ven Señor, no tardes”

A los Sacerdotes y Seminaristas Diocesanos
A las Religiosas
A los Agentes de Pastoral
A los Animadores de los Cenáculos Misioneros Parroquiales
A los hombres y mujeres de buena voluntad en la Sociedad Escuintleca

Estimados hermanos todos:

Con el Adviento de este nuevo año litúrgico 2022-2023 entramos en un tiempo de espera gozosa del Señor Jesús: Aquel que ya vino y vive entre nosotros (cf. Mt 26, 28) renueva el recuerdo de su primera venida y nos invita a  preparar cada día su segunda venida en gloria, cuando en medio de un mundo que no le ha recibido (cf. Jn 1, 11)  regresará para ser “todo en todos” y establecer su Reino perdurable. Por ello, unidos a la fe de la Iglesia (cf. Ap 21, 20ss) decimos: “¡No tardes más, Ven, Señor Jesús!”.

En efecto, su venida es urgente, pero no será un regreso que se realizará como “destrucción del mundo” sino  como su profunda renovación en las realidades ausentes o muy poco presentes de la verdad, la paz, la justicia, el  perdón y la alegría auténtica. A partir de estas semanas, y especialmente el día martes 6 de Diciembre, tendremos el relanzamiento de los Cenáculos Misioneros Parroquiales: con la bendición especial del Nuncio Apostólico,  Monseñor Francisco Montecillo, representante del Papa Francisco, con el Presbiterio y Religiosas y Delegados  Parroquiales de Misiones, en actitud de acción de Gracias al Señor y a nuestra Patrona la Inmaculada, en esa  ocasión podremos recordar las palabras del Señor para el 2023: “Rema Mar Adentro” a las cuales desde la fe y el compromiso responderemos: “En tu Palabra lanzaré las redes” (cf. Lc 5, 1-11)

Por ello, brevemente, invito a todos desde la Palabra de Dios y enseñanza de la Iglesia, a preparar la venida del  Señor. El Adviento es un tiempo de mucha seriedad espiritual: el color morado de la Santa Liturgia nos advierte  que, mientras el Señor se acerca, nuestro camino espiritual va hacia Él, en compromisos concretos:

1) La acción cristiana de oración y defensa de la Vida: en el segundo departamento más violento del país, al  Adviento se convierte en reflexión y respeto a la vida humana: el índice de muertes, asaltos, robos, atentados contra las personas es alarmante. La acción de los Organismos Judicial, Ministerio Público, Policía  Nacional,  Defensoría Pública, etc. que han convocado recientemente a sus instancias en Escuintla no pueden olvidarse de su compromiso, y de que la mejoría de la convivencia pasa por la renovación de los mismos agentes de seguridad, de justicia, de protección y funcionamiento legal en el departamento. Son demasiados los casos de  impunidad de crímenes y de su no denuncia por miedo a represalias, muchos también los casos corrupción de jueces, que trastornan los debidos procesos, siempre en detrimento de los más pobres.

2) La pésima mezcla de religión y política: aunque la Constitución Nacional lo prohíbe, hay lamentablemente  religiosos, auténticos o falsos en su mayoría, o miembros de municipalidades y candidaturas al Congreso, quienes por alcanzar puestos públicos para los que evidentemente no están capacitados, solo organizan las fiestas populistas, aún fuera del período de campaña, para engañar de nuevo: una verdadera vergüenza para los mismos partidos políticos, que utilizan o más bien “abusan del nombre de Dios” para ungir a líderes religiosos ineptos y corruptos. Con ello causan la división familiar por la “partidismo” que en el fondo es visto como ocasión de enriquecimiento y evasión de procesos judiciales. “Al césar lo que es del césar y a Dios lo que es de Dios” (Lc 20, 25). Que se luche por el bien común, que debe ser el fin de toda acción política.

3) La reconciliación y restauración de los valores en la vida familiar: pues mientras la violencia externa y la  influencia del narcotráfico es tan grande en los municipios de Escuintla y sus Alcaldes, las mismas familias han perdido la conciencia del respeto a la mujer, a la juventud; es alarmante el número de abusos contra ellos cometidos por los vínculos familiares cercanos, ya ello se suma, como he dicho antes, el que en la misma familia hay divisionismo religioso por la invasión de sectas protestantes, así como por la variada afiliación política.

4) El respeto y la sostenibilidad de la producción: con una fuerza admirable de producción, el departamento en sus autoridades locales municipales y gubernativas pero sobre todo los responsables de la producción no pueden perder de vista la crisis climática, de convivencia, de humanidad, que se provoca cuando, como dice Papa Francisco: “ideal absoluto de la ganancia de hace de todo un medio para la riqueza, sin importar la persona” (Mensaje para la Jornada de los Pobres Noviembre 2022). Al mérito de creación de empleo y producción de riqueza, empresas no fáciles, ha de corresponder la dignificación a nivel salarial, ambiental y de “ciudadanía de la empresa” en el contexto social (Reunión de la iniciativa CentraRse Escuintla, agosto 2022)

5) El recuerdo privilegiado de los pobres: Aquel que vendrá en gloria en su Segunda Venida, será celebrado en la primera, en su Navidad en un pesebre, en medio de la noche, de la inseguridad, la pobreza y la carestía de todo. El Adviento es tiempo de practicar la Santa Confesión: de las omisiones respecto de los pobres, de los desnutridos que en una tierra tan rica han aumentado tanto, de los migrantes cada vez más comunes por acá: de Cristo presente en los carentes de todo, que su segunda venida nos recordará: “Tuve hambre, tuve sed, estuve enfermo, fui forastero… y no hiciste nada conmigo” (cf. Mt 25, 40ss)

6) La dinamización de la misma vida cristiana: con la celebración central de la Inmaculada Concepción el 8 de Diciembre, de las Posadas, que este año giran en torno al tema de los cenáculos misioneros, de los retiros de Adviento, celebrados a todo nivel y el rezo de la corona de Adviento en familia, la Iglesia ofrece medios de reflexión de lo que aquí y ahora debe ser la “preparación espiritual a la venida del Señor” ajena al consumismo, la fiesta viciosa, la promoción de la perdición moral que en todas las costas es tan común.  Que quienes hacen esta promoción piensen en su propios hijos y familias y lo destructivo de sus acciones.

Queridos hermanos, un Adviento en situación de post pandemia, aunque sin una clara superación de la misma,  nos invita a la conversión, para quienes tienen una confesión cristiana no católica, para quienes creen en Dios en otra forma, e incluso para los que dudan de su existencia, la indicación suya es la misma: este Adviento “mira que estoy a la puerta y llamo: si alguno me abre, entraré y cenaré con él y él conmigo” (Ap 3, 20).

Sí, el Señor llama siempre, en cada Adviento a “dejarle entrar”. Mientras el mundo se ocupa del consumo y de lo  que dice son solo “fiestas de fin de año”, los cristianos y escuintlecos de buena voluntad levantamos los ojos al  cielo pidiendo al Señor que venga, a la vez que preparamos en sociedad, en familia, en el corazón el lugar para  recibirle dignamente.

Con la Inmaculada Concepción, Estrella del Mar y Virgen Orante en los Cenáculos Misioneros Parroquiales preparamos y clamamos por la Venida del que “siendo rico se hizo pobre por nosotros” (2Co 8, 9). Él ya está en tu hermano, en tu prójimo, en la Santísima Eucaristía y por la acción del Espíritu Santo, en todos los corazones: “Ven pronto, Señor, Jesús”.