
Monseñor Víctor Hugo Palma, recientemente nombrado Arzobispo de Los Altos, se dirige a la Diócesis de Escuintla, de la que fuera obispo por un poco más de 23 años.
Con emotivas palabras, se despide del Pueblo de Dios que le fue encomendado por muchos años y que con mucho cariño lleva en su recuerdo, sus pensamientos y oraciones.
Suscríbete al canal de Youtube de la Diócesis de Escuintla
Una despedida pastoral llena de gratitud y esperanza
Emotivo mensaje de despedida pronunciado por monseñor Víctor Hugo Palma, obispo de la diócesis de Escuintla, tras 23 años de servicio pastoral. Con un tono íntimo y reflexivo, la alocución combina agradecimientos, consejos espirituales y un llamado a la perseverancia en la fe, dirigido a una comunidad diversa que incluye fieles, sacerdotes, religiosas y agentes pastorales.
El mensaje se enmarca en un contexto litúrgico, al final de la Santa Misa, donde el obispo expresa su gratitud y transmite su «testamento espiritual». Su mensaje se divide en secciones dirigidas a distintos grupos:
- A la sociedad civil: Reconocimiento a hombres y mujeres de buena voluntad, incluyendo líderes políticos, empresarios y filántropos, instándolos a priorizar el bien común, la solidaridad y la compasión.
- A la comunidad católica: Exhortación a mantener viva la misión evangelizadora, usando la parábola y el mensaje de que son «pescadores de hombres» y «cenáculos sacerdotales» para enfatizar la unidad y el servicio.
- A los sacerdotes: Llamado a superar rivalidades y tentaciones, siguiendo las «tres cercanías» del Papa Francisco: a Dios, a los demás sacerdotes y a los necesitados.
- A las religiosas: Invitación a ser «signos de contradicción» frente al mundo materialista, inspirando con su entrega a Dios.
- A los agentes pastorales: Agradecimiento a catequistas, ministros y servidores anónimos, recordando a quienes ya partieron, como el padre Walter y monseñor Fernando Gamalero, primer obispo de Escuintla.
Los temas en los que Monseñor Víctor Hugo Palma, centró su mensaje de despedida son:
- Gratitud: El obispo subraya su deuda con la comunidad, destacando la paciencia y caridad recibidas. Incluso menciona con humor su «testamento», aclarando que no posee bienes materiales, pero sí un legado espiritual.
- Espiritualidad práctica: Insiste en valores como la humildad, el servicio y la cercanía, criticando el clericalismo y enfatizando la necesidad de acompañar al pueblo en sus luchas.
- Memoria y continuidad: Recuerda a figuras clave de la diócesis, vinculando el pasado con el presente y pide oraciones por un futuro obispo que guíe a la comunidad.
- Esperanza escatológica: La despedida se entrelaza con imágenes de eternidad, como «vernos en esta vida o en la otra» y una confianza inquebrantable en la Virgen María como intercesora.
El mensaje trasciende una mera despedida; es un manifiesto de fe y comunidad. Monseñor Víctor Hugo Palma, con humildad y sencillez, deja un legado de amor al prójimo y fidelidad al Evangelio. Su mensaje, arraigado en la realidad de Escuintla —una tierra «bendecida y probada»—, resuena como un llamado a mantener viva la esperanza ante las adversidades, confiando en que «el verdadero pastor» jamás abandona a su rebaño. Los aplausos finales no solo celebran su servicio, sino que sellan un pacto de continuidad entre pastores y pueblo, bajo el amparo de María, «que nunca nos deja solos».
*** *** ***
Lee todos los artículos sobre el período de sede vacante, en la Diócesis de Escuintla, clic acá.