Todos los años, el clero de la Diócesis de Escuintla, se reúne en la Santa Misa Crismal, para renovar sus promesas sacerdotales y jurar fidelidad al ministerio sacerdotal y obediencia al Obispo. La Santa Iglesia Catedral de Escuintla, recibió a los fieles católicos, que desde todas las parroquias de la Diócesis, quisieron estar presentes, para acompañar y rezar por sus párrocos y vicarios y por el Obispo, cabeza visible de la Iglesia en Escuintla.
La Misa Crismal, como se conoce, toma su nombre, porque en ella se bendicen los Santos Óleos, que se usarán a lo largo del año en toda la Diócesis, para impartir los distintos sacramentos. Es el Santo Crisma precisamente de donde se ha obtenido la denominación de esta Misa, que tiene estas dos peculiaridades: la renovación de las promesas sacerdotales y la bendición de los óleos.
Al consagrar los óleos de los catecúmenos, de los enfermos y el crisma, quedan habilitados para ser usados cuando el sacramento lo requiera.
Se destaca el momento en que el Obispo bendice el Santo Crisma, con una leve inclinación se acerca al ánfora que contiene el óleo y sopla adentro, mientras invoca al Espíritu Santo, ésto nos recuerda el momento en que Jesús, el día de Pentecostés, reunido con sus Apóstoles, sopló sobre ellos y les dijo «Reciban al Espíritu Santo. Los pecados serán perdonados a los que ustedes se los perdonen y serán retenidos a los que ustedes se los retengan» (Jn 20, 19-23).
El Obispo como sucesor directo de los Apóstoles ha recibido este mandato y de tal forma consagra el Santo Crisma, usado para ordenaciones, confirmaciones, bautizos y consagraciones de altares e iglesias; el óleo de los catecúmenos, usado para ungir a los que están preparándose para el bautismo, y el óleo de los enfermos, usado en el sacramento de la unción de los enfermos.
Concluyó la celebración eucarística, rezando por las vocaciones a la vida sacerdotal y religiosa, para que crezcan y aumenten en nuestra Diócesis, el número de sacerdotes y religiosas al servicio de la Misión.
Al finalizar la Santa Misa Crismal, como es costumbre, la feligresía presente se acercó a todos los sacerdotes para expresarles sus muestras de aprecio y cariño, felicitandolos por su ministerio sacerdotal renovado y presentando el apoyo y oraciones que el Pueblo de Dios, le entrega a sus pastores.
Estas muestras de cariño y aprecio tan propias de los guatemaltecos, no dejan lugar a duda, del apoyo que los laicos damos a nuestros apreciados y queridos sacerdotes.
Los Santos Óleos se envasan en pequeños recipientes, que luego son distribuidos a todas las parroquias de la Diócesis.
La lectura del Evangelio de la Santa Misa Crismal y la homilía de Monseñor Víctor Hugo Palma, se pueden escuchar en el reproductor de audio de la parte superior.
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Las fotografías que se tomaron en la Santa Misa Crismal, se pueden descargar a continuación:
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