III Domingo de Cuaresma (C)

Palabra, Espíritu y Vida.

En aquel tiempo, algunos hombres fueron a ver a Jesús y le contaron que Pilato había mandado matar a unos galileos, mientras estaban ofreciendo sus sacrificios. Jesús les hizo este comentario: “¿Piensan ustedes que aquellos galileos, porque les sucedió esto, eran más pecadores que todos los demás galileos? Ciertamente que no; y si ustedes no se arrepienten, perecerán de manera semejante.

Y aquellos dieciocho que murieron aplastados por la torre de Siloé, ¿piensan acaso que eran más culpables que todos los demás habitantes de Jerusalén? Ciertamente que no; y si ustedes no se arrepienten, perecerán de manera semejante”.

Entonces les dijo esta parábola: “Un hombre tenía una higuera plantada en su viñedo; fue a buscar higos y no los encontró. Dijo entonces al viñador: ‘Mira, durante tres años seguidos he venido a buscar higos en esta higuera y no los he encontrado. Córtala. ¿Para qué ocupa la tierra inútilmente?’

El viñador le contestó: ‘Señor, déjala todavía este año; voy a aflojar la tierra alrededor y a
echarle abono, para ver si da fruto. Si no, el año que viene la cortaré’ ”.

Palabra, Espíritu y Vida.

Mensaje de Monseñor Víctor Hugo Palma, Obispo de la Diócesis de Escuintla, para el III Domingo de Cuaresma (C) Lc 13, 1-9.