Alabado sea Jesucristo, por siempre sea alabado. Muy queridos amigos hermanos en el Señor, a nombre de los Obispos de la Conferencia Episcopal de Guatemala, a nombre del pueblo católico de Guatemala, este mensaje es para todos, especialmente los hermanos de cualquier fe, de cualquier credo, a nuestra sociedad de hombres y mujeres de buena voluntad.
Con mucha alegría, participamos hoy de la canonización de varios santos en Roma, por el Papa Francisco, entre ellos destaca especialmente, el Papa Pablo VI, el Papa del Concilio Vaticano II, el que siguió el Concilio y al cual recordaremos siempre, como un hombre de Dios, caracterizado por la actitud del diálogo. Es el Papa que salió por primera vez a Tierra Santa, a Naciones Unidas, el Papa que también visitó América Latina, el Papa que con su propio espíritu de sencillez y de diálogo fue renovando la Iglesia Católica.
Junto a él está la figura enorme, gigantesca y tan cercana de Monseñor Óscar Arnulfo Romero, Arzobispo de San Salvador, asesinado en 1980; diríamos martirizado, por que en el corazón de este hombre de Dios, nunca hubo odio, oposición a nadie, sino únicamente una voz a través de los más sencillos y para ellos también, pidiendo que se respetara la vida de los más pobres. Una figura verdaderamente cercana, pero que no solamente queda en El Salvador, sino que también pues, enriquece a nuestras Iglesias de América Central e Iglesias del mundo.
Y finalmente, aunque claro son varios santos, tenemos a Sor Ignacia March, religiosa española, que desarrolló una misión silenciosa, pero profundamente entregada en Bolivia. Misionera portadora del Evangelio de la vida y de la caridad.
Pedimos al Señor, para que estos nuevos santos, especialmente tan cercanos a nuestro tiempo y a nuestra tierra, como Monseñor Romero, sean causa de santificación.
Se desarrolla en Roma el sínodo de los jóvenes que tiene por título: Juventud, Discernimiento y Vocación. Que la juventud sea enriquecida por el ejemplo de los santos. La santidad si es posible, viviendo nuestro bautismo de modo profundo, dice el Papa Francisco.
Que nuestra juventud, como decíamos, iluminada por muchos modelos, pueda ser en el mundo, sal luz y levadura de los valores del Reino, encomendamos también por estos nuevos santos a Guatemala, tan necesitada del diálogo, el diálogo entre todos los hijos de esta tierra no es una pérdida es siempre una ganancia, es lo único que tenemos para resolver cualquier dificultad, cualquier contratiempo por la vía de la paz, la paz que también es fruto de la justicia.
A nuestra Señora del Rosario encomendamos a los nuevos santos en su intercesión y pedimos por Guatemala diciendo: Nuestra Señora del Rosario, Patrona de Guatemala, ruega por nosotros. Amén.