Previo a la celebración de la solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, patrona de la Diócesis de Escuintla, fuimos gratamente visitados por su excelencia reverendísima, monseñor Francisco Montecillo Padilla, quien fuera nombrado nuncio apostólico para Guatemala, por el papa Francisco, el 17 de abril de 2020.
Fue en la Catedral de Escuintla, sede del obispo, en donde acompañado de Monseñor Víctor Hugo Palma, obispo de Escuintla, en horas de la mañana, tuvo un encuentro fraterno con el clero de la diócesis, quienes fueron presentados al Nuncio y que posteriormente se dirigió a ellos.
Seguidamente tuvo otro breve encuentro con Abraham Rivera, alcalde de Escuintla, con quien conversó previo a la celebración de la Santa Misa.
Aprovechando la presencia de monseñor Montecillo, se lanzó la siguiente etapa del plan pastoral, denominada «La repesca misionera» y cuyo objetivo principal será retomar los cenáculos misioneros, que estuvieron muy activos antes de la pandemia del Covid 19 y que a causa de la misma se vieron interrumpidos y mermados. Como ocurre tradicionalmente, se entregó «un signo», a representantes de las parroquias que se hicieron presentes en la celebración eucarística.
El signo consistió en una figura de madera, imitando la barca que se ha usado como logotipo del plan pastoral «Rema mar adentro», a lo largo de los últimos cinco años.
La Santa Misa fue presidida por monseñor Francisco Montecillo, nuncio apostólico, concelebrada por monseñor Víctor Hugo Palma, obispo de Escuintla y auxiliados por el diácono Abel Elías Osorio. En el presbiterio también estuvieron los vicarios general y pastoral de la diócesis.
En la homilía, monseñor Montecillo, después del saludo al obispo, al clero, a las religiosas y a los agentes de pastoral presentes, comentó sobre el don de la misericordia y generosidad de san Nicolás, memoria litúrgica celebrada éste día. Animando al clero a imitar a éste santo, puesto que Dios es conocido por no tener límites en su amor y misericordia. Lamentó que el espíritu generoso del sacrificio, cada vez se ve menos en los consagrados y recuerda cuál es la misión del sacerdote.
El espíritu de generosidad y misericordia del sacerdote, hace que las personas cambien para bien, destacó monseñor Montecillo. Nos recuerda que todos somos pecadores y que hemos hecho mal y que la conversión es un proceso, donde la persona ve que ha hecho mal y empieza a cambiar.
Recalcó también, como gracias al relativismo, el individualismo y oportunismo, las personas cambian los conceptos de bien y mal. A veces los pueblos y personas ya no pueden distinguir entre el bien y el mal y por eso es importante que los sacerdotes muestren cuál es el bien y el mal para que los fieles puedan distinguirlo, siendo el criterio para distinguirlos muy fácil: seguir los diez mandamientos de la ley de Dios.
Después de un breve repaso sobre los mandamientos, motivó a los sacerdotes a practicar fielmente la ley de Dios. Mostró su cercanía y alegría de poder estar en la catedral, acompañando al clero en su espíritu de generosidad a los demás. Para enfatizar, citó una frase de la encíclica Fratelli Tutti: «si logro ayudar a una sola persona a vivir mejor, eso ya justifica la entrega de mi vida» (FT 195).
Finalmente, subrayó el lema del plan pastoral «Rema mar adentro, echar las redes» (cf Lc 5, 4), invitando a los presentes a dejar la orilla, a dejar la comodidad, para arriesgarse a remar mar adentro después de haber encontrado a Jesús, citando unas palabras del papa Francisco: «encontrar a Jesús, hacer experiencia de su amor, de su misericordia, es la aventura más grande y más bella que le puede suceder a una persona» (Mensaje a los jóvenes en Cerdeña 2013).
Concluyó invitando a pescar juntos, a pescar con el obispo, porque Guatemala necesita pescadores, audaces, entregados, arriesgados, valientes, decididos, sobre todo pescadores que pongan su corazón en el Señor, que se dejen cobijar bajo el manto de María.
Al terminar la Santa Misa, se hizo entrega de los signos de la actual etapa del plan pastoral y un regalo al nuncio apostólico, en agradecimiento y recuerdo de su primera visita a la Diócesis de Escuintla. Los asistentes recibieron la bendición apostólica.
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Las fotografías que se tomaron en la visita del Nuncio Apostólico a la Diócesis de Escuintla, se pueden descargar a continuación:
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