Mensaje del obispo: San Juan María Vianney y los sacerdotes

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Mensaje del obispo: San Juan María Vianney y los sacerdotes
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San Juan María Vianney, el santo Cura de Ars
Patrono de los sacerdotes

Muy queridos hermanos, muy queridos hijos en el Señor, en este día en que la iglesia celebra cada cuatro de agosto, la memoria del Santo Cura de Ars, san Juan María Vianney, quiero detenerme con ustedes en esta reflexión y les agradezco su atención, porque verdaderamente el sacerdocio está muy bien ejemplificado en este hombre, en este sacerdote tan sencillo que fue capaz de transformar un pueblo con su oración, con su buen ejemplo, con su santidad.

Este sacerdote nació en una época muy difícil, allá en Francia. Había habido una revolución y la gente, acabó con todo, acabó con la religión, acabó con la monarquía, pero siempre en el corazón del pueblo hubo amor a los sacerdotes como los sigue habiendo.

Imaginemos que en nuestro país hay una Iglesia Católica que apenas tiene 1,100 sacerdotes y hay 48,000 que se llaman iglesias, que son de nuestros hermanos separados. ¿Cuántos pastores no habrá?. Estamos diciendo que el tema, aquí numérico, es un tema muy complicado, pero la formación de un sacerdote lleva muchos años y aún así, pues siendo humanos, hay pecado en ellos. La palabra de Dios no es para encontrar un modus vivendi, un modo de vida, ¡no!. La palabra de Dios, un sacerdote tiene que vivirla para poder predicarla y aquí tenemos un hermoso ejemplo en éste sacerdote.

Era un sacerdote verdaderamente sencillo, el papa Francisco dice que era un sacerdote que no tenía vanidad. Porque también está el espiritualidad mundana, donde el sacerdote busca tener todo lo bonito, especialmente en los jóvenes se da esto, cosas bonitas, cosas llamativas, como quisiera cualquier hombre del mundo.

El sacerdote ha de ser sencillo en lo que vive, en lo que tiene, en lo que come. Esto es importantísimo, no caer en la espiritualidad mundana, éste hombre era muy sencillo. Se dice que san Juan María Vianney cocinaba una olla de papas y comía unas cuantas papas al día, vivió casi 90 años. No es que la papa sea buena, totalmente. Quiero decir que él tenía una vida sumamente sencilla.

Era un hombre santo, por eso el diablo lo acosaba, le movía la cama. Hubo cosas increíbles que le pasaban a este hombre. Fíjense que es un hombre santo, con una santidad que le venía a él de la oración. Sacerdotes, obispos que no hacen oración, no pueden vivir la vida cristiana que Dios les ha dado como misión, porque el sacerdote debe de enseñar las cosas que llevan a Dios, no al pecado, no al vicio, no a la injusticia, no a la corrupción, este sacerdote era verdaderamente santo en estas cosas, imagínense en la contemplación de la palabra de Dios.

Los sacerdotes tienen y tenemos esta ventaja inmensa, que yo sé que muchos de ustedes quisieran tener. Mientras todavía tenemos fe en este país y en esta Diócesis de Escuintla escuchar la palabra, predicar la palabra diariamente, cuánto bien hace eso.

Presbiterio de Escuintla 2021
Presbiterio de Escuintla 2021

Era un sacerdote que se sentía en una vida que no era fácil, porque el pueblo donde él estaba, había por lo menos unas 40 casas no más y la mitad eran cantinas, borracheras, gente de mala vida. Claro, cuando él murió ya no había cantinas, había transformado completamente esa ciudad con su oración, con su buen ejemplo, sin ofender a nadie, pero dando la oportunidad de encontrar a Dios a todos.

Era un hombre que sin duda predicaba la palabra. Él era un hombre que tenía grandes dotes de predicación, porque ustedes ven ahora los telepredicadores se tiran al suelo, juegan con el micrófono, barajan la Biblia como que fuera naipe, ¡qué predicador éste, es un artista!. No. La predicación no quiere artistas, quiere personas que vivan la palabra. Basta con vivir la palabra, ya esa es una grande, una grande predicación.

Decía el papa Benedicto XVI: «la mejor explicación de la palabra y la mejor predicación de la palabra es la vida de los santos». Porque allí ellos han puesto por obra esto, pero este hombre predicaba.

Se cuenta que una vez en Francia había un gran predicador, no había en ese tiempo televisión, no había radio, no había cine, no había nada y la gente iba a las plazas a oír a unos que estaban hablando de religión, de política, de arte. Y a este hombre le dijeron: mire, hoy va a venir poca gente porque se fueron muchos a un pueblito, a escuchar a un un cura que predica.

Presbiterio de Escuintla 2019
Presbiterio de Escuintla 2019

Dijo, ¿cómo es posible que un cura sencillo y en un pueblecito de pocas casas hable mejor que yo? y se fue a escucharlo. Cuando regresó venía muy cambiado. Y sus compañeros le dijeron, ¿qué pasó?, fuiste a ver a un curita, a un hombre hablando de Dios y dijo: no, fui y encontré a Dios hablando a través de un hombre.

Qué importante que la palabra llegue a nuestro corazón y podamos transformarla de tal forma que hablemos lo que debemos de decir, pero, como palabra de Dios ante todo.

Él es patrono de los confesores. Ustedes saben que el Santo Cura de Ars, se dice que llegó a pasar hasta dieciséis horas en el confesionario. Él no hacía cómo hacemos muchos, que vivimos en la casa y vamos a la iglesia. Él vivía en la iglesia y sólo iba a su casa a dormir. Pasaba siempre confesando hasta el mismo diablo, se cuenta que se fue a confesar con él. El diablo, puede confesarse, pero no arrepentirse. Pero él llevó a cabo esta gran obra, la obra de reconciliar a los hombres con Dios.

Éste breve mensaje, es para pedirles de todo corazón que recen por nuestros sacerdotes.

Todos somos humanos, todos somos débiles. Hoy el mundo ha desencadenado toda una serie de señalamientos: la pedofilia, pederastia, los abusos y trás de esto hay verdades. La iglesia nunca va a negar la verdad, pero también hay tremendas propagandas enemigas de la fe, que quieren destruir la confianza en nuestra sacerdotes.

Y sin embargo, nuestra tierra sigue dando sacerdotes gracias a Dios, porque Él elige y transforma en aquellos. Oremos pues por todos, para que vivan esa santidad sencilla, esa santidad que tiene su alegría en el celebrar la Santa Misa, que es lo que un sacerdote nunca debe dejar de hacer todos los días, por los demás y también por él mismo, porque también necesita de la gracia de Dios.

Presbiterio de Escuintla 2018
Presbiterio de Escuintla 2018

Oremos por el crecimiento de las vocaciones. Vocaciones hay, lo que pasa es que hay miedo, hay temor a caer en la pobreza, porque el sacerdote en nuestra tierra no es un hombre que tenga riquezas. Porque aquí, es una historia muy complicada y en todo el mundo lo es y hay también falta de apoyo de los padres; prefiero que mi hijo sea un gran profesional y así la familia sale adelante.

Oponerse a una vocación es un grave pecado, es un grave pecado.

¿Si tú estás buscando que tu hijo sea una ayuda?, pues claro que ha de ayudarte por justicia, pero no impidas nunca que tu hijo, si siente la llamada de Dios, siga la llamada de Dios, como hizo San Juan María Vianney, el Santo Cura de Ars.

Que cada lugar de Escuintla sea un pequeño Ars, donde el sacerdote haga todo lo posible para que las cosas no sigan mal, sino que Jesucristo las transforme con su gracia, a través de él, con su amor, redimiendo a los pecadores.

Amaba mucho a María Santísima, el Santo Cura de Ars y nosotros queremos encomendar hoy a todos los párrocos de nuestro país.

Hace dos días se reunieron los sacerdotes de Guatemala, para un encuentro sacerdotal anual y detrás de cada uno de ellos hay una historia, una historia de gracia, una historia también, a veces de debilidad. Una historia de descuido del rebaño, pero son los sacerdotes del Señor. Encomendemos a todos al Señor, por intercesión de María, madre del sumo y eterno sacerdote Jesucristo. No olvidemos, Jesucristo no es únicamente el Señor, el Buen Pastor, es el sumo y eterno sacerdote Jesús.

María, madre de los sacerdotes, ora por nuestros párrocos, para que sean los hombres de Dios que tu hijo quiere. San Juan María Vianney intercede, para que tengamos sacerdotes santos según el corazón de Dios, como tú lo fuiste, amén.

El Señor les bendiga a todos.

Presbiterio de Escuintla 2022
Presbiterio de Escuintla 2022