Carta Encíclica Fratelli Tutti
Del Santo Padre Francisco
sobre la fraternidad
y la amistad social
La fraternidad y la amistad social son las vías indicadas por el Papa Francisco para construir un mundo mejor, más justo y pacífico, con el compromiso de todos: pueblo e instituciones. Reafirmado, de esta forma con fuerza, el no a la guerra y la globalización de la indiferencia.
La Encíclica Fratelli Tutti (Hermanos Todos), puede descargarse en formato PDF (para imprimir) o ePub (para dispositivos electrónicos de lectura)
En la «Encíclica social», como la define el Papa, pretende responder principalmente a la pregunta: ¿Cuáles son los grandes ideales, pero también los caminos concretos a recorrer para quienes quieren construir un mundo más justo y fraterno en sus relaciones cotidianas, en la vida social, en la política y en las instituciones?.
El título ha sido tomado de las “Admoniciones” de san Francisco de Asís, que usó esas palabras “para dirigirse a todos los hermanos y las hermanas, y proponerles una forma de vida con sabor a Evangelio”
Así mismo, la encíclica pretende promover una aspiración mundial a la fraternidad y la amistad social. A partir de una pertenencia común a la familia humana, del hecho de reconocernos como hermanos porque somos hijos de un solo Creador.
La fraternidad debe promoverse no sólo con palabras, sino con hechos. Hechos que se concreten en la “mejor política”, aquella que no está sujeta a los intereses de las finanzas, sino al servicio del bien común, capaz de poner en el centro la dignidad de cada ser humano y asegurar el trabajo a todos, para que cada uno pueda desarrollar sus propias capacidades.
Los problemas globales requieren una acción global, no a la “cultura de los muros”
En el primer capítulo, “Las sombras de un mundo cerrado”, el documento se centra en las numerosas distorsiones de la época contemporánea: la manipulación y la deformación de conceptos como democracia, libertad o justicia; la pérdida del sentido de lo social y de la historia; el egoísmo y la falta de interés por el bien común; la prevalencia de una lógica de mercado basada en el lucro y la cultura del descarte; el desempleo, el racismo, la pobreza; la desigualdad de derechos y sus aberraciones, como la esclavitud, la trata, las mujeres sometidas y luego obligadas a abortar, y el tráfico de órganos.
El amor construye puentes: el ejemplo del buen samaritano
El segundo capítulo, “Un extraño en el camino”, está dedicado a esta figura, y en él el Papa destaca que, en una sociedad enferma que da la espalda al dolor y es “analfabeta” en el cuidado de los débiles y frágiles (64-65), todos estamos llamados – al igual que el buen samaritano – a estar cerca del otro (81), superando prejuicios, intereses personales, barreras históricas o culturales.
Los derechos no tienen fronteras, es necesaria la ética en las relaciones internacionales
El derecho a vivir con dignidad no puede ser negado a nadie, dice el Papa y como los derechos no tienen fronteras, nadie puede quedar excluido, independientemente de donde haya nacido. Desde este punto de vista, el Papa recuerda también que hay que pensar en “una ética de las relaciones internacionales”, porque todo país es también del extranjero y los bienes del territorio no pueden ser negados a los necesitados que vienen de otro lugar.
Migrantes: gobernanza mundial para proyectos a largo plazo
Al tema de las migraciones está dedicada parte del segundo y todo el cuarto capítulo. Hay que evitar migraciones no necesarias, afirma el Pontífice, creando en los países de origen posibilidades concretas de vivir con dignidad. Pero al mismo tiempo, el derecho a buscar una vida mejor en otro lugar debe ser respetado.
La política, una de las formas más preciosas de la caridad
El tema del quinto capítulo es “La mejor política”, es decir, una de las formas más preciosas de la caridad porque está al servicio del bien común y conoce la importancia del pueblo, entendido como una categoría abierta, disponible para la confrontación y el diálogo. Este es, en cierto sentido, el popularismo indicado por Francisco, que se contrapone a ese “populismo” que ignora la legitimidad de la noción de “pueblo”, atrayendo consensos para instrumentalizarlo a su propio servicio y fomentando el egoísmo para aumentar su popularidad. Pero la mejor política es también la que tutela el trabajo.
El mercado por sí solo no lo resuelve todo. Es necesaria la reforma de la ONU
La política que se necesita, subraya Francisco, es la que dice no a la corrupción, a la ineficiencia, al mal uso del poder, a la falta de respeto por las leyes. Se trata de una política centrada en la dignidad humana y no sujeta a las finanzas porque “el mercado solo no resuelve todo”: los “estragos” provocados por la especulación financiera lo han demostrado. Otro punto presente en la Encíclica se refiere a la reforma de las Naciones Unidas: frente al predominio de la dimensión económica que anula el poder del Estado individual, de hecho, la tarea de las Naciones Unidas será la de dar sustancia al concepto de “familia de las naciones” trabajando por el bien común, la erradicación de la pobreza y la protección de los derechos humanos.
El milagro de la bondad
Del capítulo sexto, “Diálogo y amistad social”, surge también el concepto de la vida como “el arte del encuentro” con todos, incluso con las periferias del mundo y con los pueblos originarios, porque “de todos se puede aprender algo, nadie es inservible”. El verdadero diálogo, en efecto, es el que permite respetar el punto de vista del otro, sus intereses legítimos y, sobre todo, la verdad de la dignidad humana. El relativismo no es una solución, porque sin principios universales y normas morales que prohíban el mal intrínseco, las leyes se convierten sólo en imposiciones arbitrarias.
El arte de la paz y la importancia del perdón
Reflexiona sobre el valor y la promoción de la paz, en cambio, el séptimo capítulo, “Caminos de reencuentro” en el que el Papa subraya que la paz está ligada a la verdad, la justicia y la misericordia. Lejos del deseo de venganza, es “proactiva” y tiene como objetivo formar una sociedad basada en el servicio a los demás y en la búsqueda de la reconciliación y el desarrollo mutuo. En una sociedad, todos deben sentirse “en casa”. Por esta razón, la paz es un “oficio” que involucra y concierne a todos y en el que cada uno debe desempeñar su papel.
¡Nunca más la guerra, fracaso de la humanidad!
Una parte del séptimo capítulo se detiene en la guerra: no es “un fantasma del pasado”, sino “una amenaza constante” y representa la “negación de todos los derechos”, “un fracaso de la política y de la humanidad”, “una claudicación vergonzosa, una derrota frente a las fuerzas del mal”.
La pena de muerte es inadmisible, debería abolirse en todo el mundo
El Papa expresa una posición igualmente clara sobre la pena de muerte: es inadmisible y debe ser abolida en todo el mundo. “Ni siquiera el homicida pierde su dignidad personal y Dios mismo se hace su garante”. De ahí dos exhortaciones: no ver el castigo como una venganza, sino como parte de un proceso de sanación y reinserción social, y mejorar las condiciones de las prisiones, respetando la dignidad humana de los presos.
Garantizar la libertad religiosa, derecho humano fundamental
En el octavo y último capítulo, el Pontífice se ocupa de “Las religiones al servicio de la fraternidad en el mundo” y reitera que la violencia no encuentra fundamento en las convicciones religiosas, sino en sus deformaciones. Actos tan “execrables” como los actos terroristas, por lo tanto, no se deben a la religión, sino a interpretaciones erróneas de los textos religiosos, así como a políticas de hambre, pobreza, injusticia, opresión. El terrorismo no debe ser sostenido ni con dinero ni con armas, ni con la cobertura de los medios de comunicación, porque es un crimen internacional contra la seguridad y la paz mundial y como tal debe ser condenado.
El Beato Carlos de Foucald, “el hermano universal”
La Encíclica concluye con la memoria de Martin Luther King, Desmond Tutu, Mahatma Gandhi y sobre todo, el Beato Carlos de Foucald, modelo para todos de lo que significa identificarse con los últimos para convertirse en “el hermano universal”. Las últimas líneas del documento están confiadas a dos oraciones: una “al Creador” y la otra “cristiana ecuménica”, para que en el corazón de los hombres haya “un espíritu de hermanos”.
La Encíclica «Fratelli Tutti» (Hermanos Todos), del Papa Francisco, puede descargarse siguiendo estos enlaces:
Formato PDF (para imprimir)
Formato ePub (para dispositivos de lectura electrónicos)
Sitio oficial de la Santa Sede con la Encíclica Fratelli Tutti
http://www.vatican.va/content/francesco/es/encyclicals/documents/papa-francesco_20201003_enciclica-fratelli-tutti.html