Mensaje de Monseñor Víctor Hugo Palma, Obispo de la Diócesis de Escuintla
Queridos hermanos y hermanas en el Señor:
“¿Quién dice la gente que soy yo?” Es la primera pregunta con la que parte el Evangelio de este domingo, una pregunta que nos invita a dirigir la mirada, “hacia afuera”, a la calle, ¿qué dice la gente de Jesús? ¿que ideas se manejan en nuestros ambientes sobre Jesús?
Si vamos a la calle, con los jóvenes, para mucho Jesús es un amigo, un personaje de la historia un poco lejano, que hizo cosas buenas y que admira mucha gente. Como figura, fantástico, pero no les interesa comprometerse con Él y que Él no se meta con ellos. Para muchos jóvenes basta con admirarlo pero de lejitos como se dice comúnmente.
Al pasar por nuestros pueblos notamos que hay infinidad de sectas que utilizan el nombre de Jesús, para unos es una especie de anzuelo para ganar adeptos, para otros un recurso publicitario, para otros, el negocio de su vida. Lo presentan de mil formas: un juez implacable decidido a condenar y enviar al infierno a los pecadores, otros lo presentan como el Señor de los milagros, que el cura toda clase de enfermedad y dolencia, para otros es la fuente de las bendiciones financieras, el que saca de apuros, en fin, muchas maneras de presentar a Jesús que en el fondo son respuestas a los intereses de los miembros de cada secta, no es una búsqueda sincera del Señor, sino crearse un Jesús al propio gusto y medida.
También hay quienes no quieren saber nada de Jesús, no creen en Él ni les importa, hay gente que hasta llevan una cruz al pecho, pero de puro adorno, nada que ver con un acto de fe o con un seguimiento del Señor. Podríamos seguir encontrando muchas respuestas, la gente maneja muchas ideas allá afuera.
Pero hay una segunda pregunta: “¿Y ustedes quién dicen que soy yo?”. Notemos que no es una pregunta personal, sino dirigida a la comunidad, a la Iglesia. Nadie puede fabricarse un Jesús a su gusto, la pregunta correcta es ¿qué piensa la Iglesia de Jesús?, ¿quién es Jesús para los discípulos del siglo XXI? ¿quién decimos que es Jesús? ¿quién es Jesús para nosotros, para nuestra vida personal, para nuestra vida comunitaria? ¿qué responderíamos si alguien que quisiera conocer nuestra fe y se interesara por ella nos preguntara?
Ya hemos oído la respuesta de Pedro. Él -debía ser el más decidido de los doce, el más apasionado por aquel Maestro con quien iban-, así de golpe, sin pensarlo mucho, habla en nombre de todos, con la representación de todos, es el Papa, para eso se siente llamado a manifestar una fe en Jesús clara, definitiva: “Tu eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo”. Esta fe de Pedro quiere ser también la nuestra. En su fe, en la fe que Pedro manifiesta, se fundamenta nuestra fe.
Después de la Santa Misa de este domingo, todos volveremos a casa, pero lo haremos con alegría y gratitud, porque estamos unidos a la fe de Pedro, la fe del Papa, ahí no hay posibilidad de equivocarnos, ahí no hay pierde como dicen los muchachos, ahí está la respuesta acertada porque Pedro es quien nos enseña verdaderamente quien es Jesús.