Señor, danos la salud integral mediante la Fe, Esperanza y Caridad
A los Sacerdotes de Escuintla
A los Seminaristas Diocesanos
A las Religiosas
A los Agentes de Pastoral
A los Movimientos Eclesiales de Apostolado
A las Asociaciones de Piedad Popular de Pasión
A los hombres y mujeres de buena voluntad en Escuintla
Queridos hermanos en el Señor:
Nuevamente llegamos al tiempo de Cuaresma aún en medio de la Pandemia mundial del Coronavirus, situación que condiciona la existencia de todos en el dolor, la angustia, la duda, pero igualmente en la esperanza y en la constancia por vivir aún en estas circunstancias como verdaderos hijos de Dios y miembros responsables de la sociedad escuintleca.
Esta Cuaresma 2021 constituye en el plan de Dios, una ocasión para “recobrar la salud integral” de la persona humana: mientras la justa preocupación del mundo se centra en el logro de la curación del Covid-19 y Dios mediante, la adecuada prevención y inmunización de la población, no podemos olvidar esa “salud integral también en lo espiritual” de la que no estamos menos necesitados en Escuintla. Para ello, la Cuaresma es un “tiempo oportuno” para sanar, lograr la liberación de otras muchas pandemias de las que no nos damos cuenta o no queremos hacerlo (Papa Francisco, 4 de Mayo del 2020).
Como la mujer siro fenicia imploraba la curación para su hija (cf. Mc 7, 24-37) nos acercamos al Divino Médico para pedir toda la salud que nos falta, la física y la espiritual pues Él conoce nuestros sufrimientos y es misericordioso (cf. Heb 2, 14) y nos anima al camino cuaresmal ofreciéndonos su Gracia en nuestra debilidad (cf. 2 Co 12, 9).
Como en el caso de las enfermedades físicas, deseando la salud, tratamos de seguir las indicaciones médicas ¡no descuidemos el camino espiritual para llegar a la vida nueva y abundante en la Pascua de Resurrección, meta de toda Cuaresma cristiana!
Comparto con Ustedes tres reflexiones, como caminantes que somos todos en este tiempo de en que el Señor “escucha de modo especial nuestras oraciones”(cf. Is 49, 8):
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- Las pandemias conocidas, ante las cuales somos insensibles:
Aún cuanto vivimos el cuidado de las medidas sanitarias por el Covid-19 -cuidado no siempre observado suficientemente- descuidamos la reflexión y el compromiso ante:
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- La violencia atroz violencia delincuencial, que a pesar de los males físicos sigue arrebatando vidas de modo increíblemente cruel en Escuintla: asesinatos horrendos de niñas Tiquisate en el caso de la pequeña Hillary Saraí, en Cotzumalguapa, en las numerosas víctimas de sicariato y delincuencia en Nueva Concepción, etc. etc. Casi tantas víctimas como las registradas por la Pandemia.
- La propiciación de la mala vida y el vicio, del narcotráfico impune, de los atentados diarios en asaltos, etc. incluso contra trabajadores inocentes en medio del tráfico de droga, como en Nueva Concepción
- La carencia de registros efectivos para superar de mejor atención sanitaria a los casos de contagio, los costos exorbitantes de la curación inaccesible a los más pobres, las dudas sobre los adecuados registros del mismo
- La impunidad y corrupción de los jueces en Escuintla, capaces de cualquier atropello jurídico al derecho de la propiedad privada por el mal manejo de los auténticos derechos de todos, especialmente de los más pobres.
- La tarea pendiente de la tarea ecológica, del mejor cuidado de la naturaleza, especialmente en toda las zonas productivas tan abundantes en Escuintla, conllevando el cuidado de la salud de los habitantes, de los trabajadores en esta región del país de tanta productividad y por lo mismo de necesario cuidado del medio ambiente y de la persona, “imagen y semejanza de Dios” y centro de la creación (cf. Gen 1, 27)
Ninguno puede eximirse de la responsabilidad, directa o indirectamente -por la indiferencia- de estas “pandemias”: al contrario, se nos convoca en Cuaresma a escuchar lo que fue proclamado: “Ojalá escuchéis hoy su voz: No endurezcáis el corazón como en Meribá, como el día de Masá en el desierto; cuando vuestros padres me pusieron a prueba y me tentaron, aunque habían visto mis obras” (Sal 94, 3ss).
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- Recobremos la salud integral mediante la Fe, Esperanza y Caridad:
En su Mensaje para Cuaresma 2021, el Papa Francisco nos propone contemplar la imagen del Señor que “sube a Jerusalén para vivir su misterio pascual” (11 Noviembre 2020) y llama a todos a vivir:
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- El ayuno, como “experiencia de pobreza aceptada”, es decir a compartir el pan con nuestros hermanos golpeados por la Pandemia hasta la muerte y con tanta pobreza a nuestro alrededor. Increíblemente, aún en Pandemia se pretende la fiesta, el derroche, la vanidad
- La limosna, camino de caridad que “limpia los pecados” (San León Magno Sermones), sabiendo que la Pandemia ha privado a muchos de los medios para tener el sustento necesario, el pan de cada día
- La oración, como momento de “apertura/encuentro con Dios” teniendo el valor de alejarnos no solo de informaciones falsas pero llamativas, sino de la distracción de la vida que tanto promueven los medios comunicación, incluso este tiempo de solidaridad y reflexión
¡Vivamos esta Cuaresma, de duras condiciones físicas y ambientales, como oportunidad de seguir los caminos del cuidado espiritual que redundará en beneficio de toda la persona! No olvidemos que si el clima cálido de estos meses es una imagen del desierto donde Jesús vivió la “primera cuaresma” (cf. Mc 1, 13ss) de su fidelidad a Dios y de su combate contra las tentaciones, todos hemos sido beneficiados: Él es ahora la fuente del agua viva a la que podemos acercarnos para recibir en abundancia el agua que salta hasta la vida eterna” (cf.Jn 4, 10; Papa Francisco, Mensaje Cuaresma 2021)
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- Tiempo de cuidado integral de todos nuestros hermanos:
Como en el 2020, esta Cuaresma 2021 será vivida con las necesarias limitaciones en las actividades de Liturgia, Piedad Popular, etc. He indicado a los Párrocos, a los medios locales de comunicación y a Radio Católica instruir sobre las Medidas necesarias para las celebraciones litúrgicas y de Piedad para esta Cuaresma y Pascua. Ruego estar atentos y, dado que no tendremos las Penitenciales Parroquiales, aprovechar desde el inicio de la Cuaresma la ocasión de la Santa Confesión.
Que nuestra esperanza brille más allá de las limitaciones, dudas y temores de estos tiempos, y que esa esperanza se traduzca en cuidado al hermano “contagiando amor en lugar del virus” (Papa Francisco 29 de Julio del 2020).
Que recordemos en estos tiempos especialmente, que “todos somos hermanos, llamados a descubrir en todos rostro que nos parezca desconocido” el de un hermano y presencia del mismo Señor Jesús (Papa Francisco, Encíclica Fratelli tutti, 57-86)
Que nuestra Señora de Lourdes, Patrona de los Enfermos recordada este 11 de Febrero, nos anime a su cuidado integral, a la “confianza en ellos y en los médicos” (Papa Francisco Mensaje para la Jornada Mundial de los Enfermos 2021)
Que San José, quien debió vivir tantos momentos difíciles en el cuidado de la Sagrada Familia, propicie con su intercesión esa “recuperación necesaria de la salud integral” que tantas veces olvidamos. Que Él interceda por nuestros Sacerdotes y por las familias.
Cordialmente en Nuestro Señor,
Escuintla de la Inmaculada Concepción, Cuaresma del 2021