En la noche del Sábado Santo celebramos la Vigilia Pascual, que recuerda el triunfo de Cristo ante la muerte, pues resucitó y salió glorioso del Santo Sepulcro. Así Cristo celebra una Pascua Nueva, es decir, el paso de la muerte a la Vida Eterna.
Es la noche alegre y dichosa en que Cristo venció a la muerte. Debemos recordar que debido a que los judíos no podían trabajar el sábado porque para ellos era día de descanso, las mujeres tuvieron que esperar hasta las primeras horas del domingo para acudir a embalsamar el cuerpo de Jesús.
Sin embargo, cuando llegaron con sus ungüentos al Santo Sepulcro, se encontraron con la tumba abierta. Ellas pensaron que alguien se había llevado el cuerpo, pero más tarde ellas y los discípulos vieron a Cristo resucitado y supieron que había vencido a la muerte.
En la celebración de la Vigilia Pascual en Sábado Santo se proclaman siete lecturas del Antiguo Testamento que tienen finalidad de que todos los cristianos recordemos que Dios cumplió todas sus promesas y las seguirá cumpliendo.
Los símbolos de la Vigilia Pascual
Además de las lecturas, la celebración está llena de signos, aquí te los explicamos uno a uno:
El Fuego Nuevo
El primer signo es la Bendición del Fuego Nuevo, con el que se enciende el Cirio Pascual, que es signo de Cristo resucitado que vence la oscuridad del pecado y la muerte. El cirio que se enciende esta noche se llama “cirio pascual” y se tendrá que encender también durante todo el año en las celebraciones del Bautismo, para indicar que el bautizado está iluminado por Cristo y también en las misas de difuntos para recordar que para ellos brilla la luz eterna.
El Pregón Pascual
El segundo signo es de la Vigilia Pascual es el Pregón Pascual como se nombra a un hermoso canto con el que se anuncia solemnemente la Resurrección de Cristo. Este pregón lo canta el sacerdote o un diácono cuando ya todos tienen su cirio encendido.
La Bendición del Agua
Hay que recordar que en la antigüedad sólo había un día para los bautismos, ese era el día de la resurrección de Cristo. Se bautizaba en ese día porque así se comprendía mejor que quien se bautiza se une a Cristo muerto y resucitado. Quien se bautiza no morirá para siempre sino que resucitara por el poder de Cristo.
Por esa razón se quedó la costumbre de bendecir el agua y se le llama “agua de gloria” porque Cristo abrió la gloria el día de la Pascua. Si en la celebración hay bautismos se hace con esa agua, pero si no hay, entonces se rocía con el agua a todas las personas para que recuerden su Bautismo.
Antes de rociarlos se les pide que renueven las promesas de su bautismo y vuelvan a renunciar al mal. Después de la Misa y durante la semana de Pascua, muchas personas llevan agua de gloria a sus hogares para renovar la bendición de su casa.
La pila bautismal
El agua de la pila bautismal se bendice con un gesto muy significativo: se introduce en ella el cirio, para significar que Cristo la penetra y la fecunda para que dé abundantes hijos de Dios.
Color blanco
De todas las celebraciones de Semana Santa, la Vigilia Pascual es la más importante, las más impactante y la más emotiva. Es un verdadero regalo para el alma porque en ella celebramos la Pascua, es decir: el ‘paso’ de Jesús de la muerte a la vida. La Iglesia se viste de blanco, se llena de flores, de símbolos de vida. No se trata de una Misa común, sino de una fiesta ¡muy especial!
50 días de Pascua
La celebración de Pascua inicia el Sábado por la noche y continúa todo el Domingo siguiente. Sería muy conveniente que, así como celebramos la Navidad con una cena o comida especial, también celebráramos la Pascua, porque es la fiesta más importante de nuestra fe.
El tiempo de Pascua dura 50 días hasta la fiesta de Pentecostés. Todo ese tiempo el sacerdote viste de blanco en la Misa, color de fiesta. Si la cuaresma que fue tiempo de preparación duró 40 días, el tiempo de fiesta tiene que durar más y por eso la Pascua dura 50 días.