Mensaje de Monseñor Víctor Hugo Palma, Obispo de la Diócesis de Escuintla
Queridos hermanos y hermanas en el Señor:
Este Cuarto Domingo de Pascua, también tiene un nombre propio: es el Domingo del Buen Pastor, cuando recordamos que el Señor Resucitado es quien ha vuelto a la vida, luego de darla como pastor amante de sus ovejas.
En este Domingo, Cristo aparece ante nosotros como la “piedra angular” según la forma de las antiguas construcciones entre los hebreos: es decir, como el punto de apoyo para una existencia como verdaderos hijos de Dios. Así lo explica Pedro a los jefes del pueblo y autoridades de Jerusalén. En sus palabras queda claro algo que hoy no lo parece mucho: “Ningún otro puede salvarnos”.
Y sin embargo, aparte de los ídolos del poder, del tener, del placer, hoy se cree que “cualquier camino religioso es igual al otro”, que “dá lo mismo seguir este camino de fe o aquel otro”.
Por ello el Buen Pastor, nos invita en el Evangelio a “examinar atentamente” a quienes se autocalifican como líderes religiosos, pero son en el fondo “lobos con piel de oveja”, pastores falsos. El criterio para juzgarlos es clave: “dar la vida por sus ovejas”, “no abandonarlas” porque son su pueblo a las que los une el amor, la caridad profunda.
Todo eso no lo haría un “asalariado”, es decir, lo que sucede tanto en los días actuales donde la religión suscitada por falsas “iglesias” descendientes del protestantismo “especulan, trafican, buscan sus intereses materiales” dividiendo el rebaño del Señor. En este domingo pues, se nos invita a reflexionar sobre la autenticidad de los llamados “pastores del pueblo de Dios”, a comparar su actitud cotidiana con aquel “dar la vida” del Buen Pastor.
También se nos invita a evaluar nuestro seguimiento del Buen Pastor, para ver si entre tantas llamadas de engaño del mundo “escuchamos y distinguimos la voz de nuestro Buen Pastor” y le seguimos. Finalmente, hoy queremos cumplir con el mandato del Señor: “La mies es mucha, los obreros pocos, pidan al dueño de la mies que envíe obreros a su campo” (Lc 10, 17).
Para este Domingo de Oración por las Vocaciones, el Papa Francisco nos ha regalado su Mensaje, donde nos recuerda a todos que “la vocación es una llamada a salir”, en primer lugar, de nosotros mismos para servir al Señor: vocaciones hay, pero ¡se pierden por la poca generosidad en seguir el llamado del Señor!
Pidamos al Señor para Escuintla abundantes vocaciones, corazones generosos, en este Año de la Vida Consagrada para que no falten al pueblo de Dios pastores entregados, amorosos y “siempre en salida” como los desea el corazón de Dios.
Y celebrando hoy la “Pascua Juvenil Diocesana” en La Gomera, pidamos al Señor que no se pierdan nuestros jóvenes, como ovejas sin rumbo, en el vicio, la delincuencia, en las consecuencias negativas de tantas familias desintegradas en Escuintla.
¡María, Madre del Buen Pastor, ruega por el seguimiento vocacional en Escuintla!