Queridos hermanos y hermanas:
El cuarto domingo de Adviento, tan cerca de la Natividad del Señor, nos hace una invitación a “contemplar” el maravilloso signo de nuestra salvación: Dios ha querido redimirnos de modo absolutamente gratuito, más allá de todo mérito, y lo ha hecho enviando a su Hijo al mundo “nacido de una virgen”.
A diferencia de otros nacimientos milagrosos de mujeres estériles (Sansón, Juan Bautista, etc.) el hecho maravilloso de la “virginidad de María” encierra algo más que un milagro espléndido: ¡Dios nos salva por su amor gratuito en forma nunca antes vista!
Ese nacimiento maravilloso ya es anunciado claramente en la primera lectura del profeta Isaías: mientras el rey Acaz fortifica las murallas de Jerusalén ante el peligro de una guerra terrible, el profeta le propone un “signo” extraordinario: la “virgen” dará a luz un hijo, un niño nacido como señal de esperanza en tiempo de guerra.
Ciertamente a Acaz le nació un hijo (el rey Ezequías) pero de un matrimonio normal. Por ello Isaías veía un futuro extraordinario, la concepción y nacimiento de Cristo, hijo de la virgen llamada María. Otro hombre justo, en el Evangelio, recibe el signo de la salvación de Dios “gratuita”: es José, desposado con María que resulta esperando antes de convivir juntos como claramente lo indica el Evangelio según San Mateo.
También José como Acaz, tiene temor, pero el Señor le aclara y le llama a ser el padre adoptivo de aquel niño obra del Espíritu Santo y José hombre justo, acepta esa misión.
El mensaje para nosotros es importante:
- Contra las mentiras de muchos protestantes (si bien Lutero mismo veneraba a María Virgen) y de otros enemigos de la Fe, nosotros debemos apreciar mucho la “virginidad de María” que significa que somos salvados “por Gracia” como dice San Pablo: ninguno puede “merecer la salvación” si bien estamos llamados a responder con nuestras palabras, pensamientos y obras al don de Dios;
- Como José pero también como María debemos “creer que Dios puede actuar más allá de lo que humanamente parece imposible (la misma concepción virginal de Jesús): ¡pidamos al Señor que viene, el aumento de Fe! Sobre todo cuando las situaciones más duras nos llenan del temor que tuvo el rey Acaz; la violencia, la falta de respeto a la vida en Escuintla;
- Y protejamos con valor al “no nacido” al que leyes pro aborto en Guatemala no consideran un ser humano y pretenden la aprobación del aborto.
Finalmente, mientras realizamos estos días las Posadas y preparamos en el Nacimiento en casa y en la parroquia “contemplemos” el regalo de Dios en el Hijo de la Virgen Madre.